Hoy quiero hablar de esta banda llamada Lebanon Hanover que está alcanzando status de culto en toda Europa y al otro lado del Atlántico en US y México especialmente, y que podríamos definir como los revitalizadores del coldwave, un sub-estilo del gótico que tuvo su mayor apogeo durante la década de los 80s.
Para saber lo que es el coldwave lo ideal es trasladarse a la Francia de principios de los 80, donde existieron una serie de bandas que, partiendo del legado de Ian Curtis y sus Joy Division, algo de Bauhaus y un poco de los Cure del «Pornography», mezclaron todas esas influencias con el típico existencialismo francés de los 40-50s y llevaron el post-punk a su máxima expresión de frialdad, bajos muy marcados, ritmos repetitivos de sintetizadores y baterías, etc… Para conocer mejor esa escena quizás lo mejor es adentrarse a través de este recopilatorio, Transmission, que recoge lo mejorcito de la coldwave francesa de la época. A mí la verdad es que de todos ellos son sin duda Asylum Party el grupo que más me gusta, y de los que tuvieron una carrera más destacada.
Y bien, a principios de esta década surgen de los parajes más lluviosos y decadentes de la Inglaterra post-industrial estos dos jovencitos conocidos como Larissa Iceglass, de origen griego y nacida en Suiza, y William Maybelline, inglesito él, y comienzan a componen y publicar temas bajo el nombre de Lebanon Hanover. Su primer larga duración, «The World Is Getting Colder» lo publica el sello griego Fabrika Records en otro ejemplo del mundo multipolar, y desde entonces, Febrero de 2012, han tenido tiempo de publicar hasta dos LPs más, o 12» como les gusta decir a ellos, puesto que esta es otra de las bandas (y de las escenas) en las que el vinilo prima sobre el CD e incluso quiero recordar que han producido alguna cassette que sin duda alcanzará bastante valor en el mercado de coleccionismo en unos años si el grupo sigue creciendo hasta ahora.
La música de Lebanon Hanover es una revisión de aquella coldwave francesa, líneas de bajo muy pronunciadas a cargo de Maybelline, ritmos machacones y fríos por parte de la caja de ritmos, teclados con más o menos preponderancia en algunos temas, pero yo destacaría sobre todo la utilización de las voces de ambos dependiendo de los temas, si bien nunca coinciden en la misma canción, algo que quizás sí podrían hacer en el futuro, o quizás en este tercer álbum, «Tomb For Two» que publican este mes y que todavía no he tenido el placer de escuchar.
Por otro lado, la estética del grupo, si bien más o menos esperable, incide en el look del gótico de los 80, sacados de películas de culto en blanco y negro, con un gusto por el minimalismo que también demuestran en su puesta en escena, como tuve ocasión de comprobar la semana pasada en Madrid. Él al bajo en la mayoría de los temas, ella con la guitarra aportando dibujos sencillos a los ritmos que produce su teclado, también muy minimalista, y que convierten en un ritual oscuro y depresivo su puesta en directo. De hecho en algún momento también podemos ver a estas bandas referidas como minimal synth si predomina más la parte electrónica que las líneas de bajo más características del sonido ochentero original francés. En directo quizás él pudiera pasar sin hacer en algunos momentos de impersonator de Ian Curtis, pero para la mayoría de la audiencia representa uno de los puntos álgidos de la experiencia en directo del grupo.
Y bien, al previsible éxito del grupo en países como Alemania (el duo estuvo viviendo en Berlín durante una temporada larga, ahora residen en la cuenca del Ruhr y tienen letras en dicha lengua) se ha sumado el sur de Europa, y sorprendentemente Estados Unidos y México, lugares por donde ya han girado pese a que este sigue siendo un estilo muy minoritario. Además, no están solos, puesto que otras bandas como Linea Aspera (también ingleses, aunque recientemente separados), los croatas Sixth June y muchas otras pequeñas bandas alrededor del mundo están reavivando una fría llama.
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