Esta semana tuvo lugar la Keynote o clásica cita anual de Apple para presentar sus nuevos productos, que inicialmente era un encuentro con todos los periodistas del mundo de la tecnología y de los negocios; y desde hace algún tiempo, con medio mundo a través de noticias en tiempo real, blogs, timelines, etc
La expectación era máxima, y de tecnología se habló mucho: el nuevo iPhone6 y sobre todo del iPhone6 Plus; de Apple Pay, la incursión de la marca de la manzana en el mundo de los pagos móviles, donde espera poder librar una batalla contra compañías como Square y otras más establecidas como las compañías de tarjetas de crédito; el Apple Watch, la apuesta por entrar en una nueva categoría como son los relojes, y donde Apple aspira una vez más a redefinir un objeto que ya existía y convertirlo en un concepto diferente.
A nivel de tecnología musical, parece que habrá cierta integración de Beats en los nuevos modelos, pero sobre todo se habló de música por la jugada de Apple de regalar el nuevo disco de U2 a través de iTunes, en un ejercicio de marketing salvaje por parte de la compañía y de la banda. Del tema que presentaron nada que comentar más que sigue la línea de singles de música de usar y tirar a los que nos tienen acostumbrados los irlandeses, que desde «Acthung Baby» del año 92 no sacan un buen álbum al mercado, ni falta que hace por lo visto.
Pero para los amantes de la música, el pasado miércoles la noticia estuvo en que Apple hizo morir, de forma silenciosa como suele ser habitual, al producto que comenzó esta revolución, el iPod, hoy en día llamado iPod Classic. Seamos sinceros, en 2001 Apple era una marca de culto, orientada a segmentos de usuarios profesionales o enamorados de la tecnología y el diseño; era una marca conocida, pero casi nadie tenía un Apple en su casa. Y llegó el iPod y lo cambió todo, y Apple entró en la vida de muchísimas personas; porque no nos engañemos, todos aquellos Apple fanboys que hoy hacen cola en las tiendas übercool para hacerse con el último modelo de iLoquesea, en su vida le habían comprado un producto a Steve Jobs hasta el iPod, que fue la gran incursión de Apple en el segmento de la electrónica de consumo.
Recuerdo bien aquella época, en la que todavía muchos íbamos con discman arriba y abajo porque no nos convencían las opciones que había en el mercado de mp3. Sin duda Creative era la marca que mejor había sabido canalizar la explosión de música digital con modelos bastante novedosos, pero al igual que muchos otros fabricantes, la cantidad de música que podías llevar encima era muy reducida. Y en estas llegó Apple y te dio la opción de llevar 5GB de música encima… ¡eso era un montón de música!. Porque además todo esto coincidía con el auge de Napster, Audiogalaxy y muchos otros softwares P2P que te permitían tener acceso a mucha más música de la que hubieras soñado, ¡y querías escucharla! Buscando, he encontrado la Keynote de Steve Jobs de aquella época y es gloriosa, porque te permite ver lo mucho que ha cambiado todo, aunque algunas cosas, como la forma de presentar el producto de y vender la innovación, que son el ADN de la compañía, permanecen.
Recuerdo bien mi primer contacto con el iPod, que no fue en 2001 sino en 2004, puesto que durante ese tiempo apenas se veían en España. En Semana Santa de 2004 me fui de vacaciones a New York y desde el primer minuto aquello fue como «¿Qué hace toda esta gente con los cascos blancos?». Porque hasta en el color, Apple había cambiado la forma de escuchar música, nadie fabricaba auriculares blancos, nadie. Para entonces, Apple ya tenía en el mercado nuevos modelos, con más capacidad, y por fin, en las Navidades de 2004 mi madre y mi tía se gastaron más de 400€ en regalarme el iPod. Aquello era un dineral en aquel entonces, pero los 20GB, que tardé meses en rellenar, me acompañaron durante los siguientes 4 años. Mi mujer y mucha otra gente tuvo muchos reproductores mp3 durante ese tiempo, pero ni la fiabilidad ni la calidad eran la misma, ni siquiera el Creative Zen, la mejor alternativa en la época al iPod.
Ese primer iPod, que todavía conservo y que aparece en la foto que ilustra esta entrada, duró hasta 2008, pero gracias a mi mujer y a mis amigos pronto tuve un remplazo, que no era sino el hermano más grande, aunque más joven, y que ya no se llamaba iPod simplemente sino iPod Classic. Entre medias, Jobs había creado toda una gama de iPod Touch, iPod Nano, etc, pero yo claramente quería el Classic, que había engordado hasta los 160GB. La época gloriosa del iPod tuvo lugar entre 2004 y 2008, y comenzó su declive cuando Jobs y su gente decidieron que la siguiente categoría a revolucionar era la de los teléfonos móviles, y nació el iPhone y continuó la leyenda de Steve Jobs. Pero seamos sinceramos, el iPhone nunca habría existido sin el iPod. Para aquel entonces Apple ya era la marca más cool del mercado. Jobs y su equipo disponían de una cantidad ingente de recursos, porque el iPod también condujo a la gente hacia los Macs. Y creo que el resto ya es historia, porque desde el momento en que el teléfono incorporaba una cantidad enorme de música, ya no tenía sentido para la mayoría seguir transportando dos aparatos. Y en 2014, con todos los servicios de streaming, y con la compra de mp3 (que personalmente nunca entendí) en caída libre, el seguir fabricando un aparato que sólo reproduce música, videos y podcasts no tiene sentido para una compañía con el sentido de la innovación, el portfolio de productos y la excelencia operativa de Apple.
Yo seguiré con mi iPod Classic de 2008 mientras funcione y de hecho estoy barajando comprar uno de repuesto ahora que todavía algunos distribuidores de Apple todavía los tienen en stock (de la tienda Apple desapareció el día del evento).
Así pues, los amantes de la música debemos estar tristes por el final del iPod, el final de una era, pero despidamos a este increíble producto como se merece. ¡Larga vida al iPod Classic!
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