Siempre cuando se habla del estado de la industrial musical y escucho aquello de «es que los músicos vivimos de la música», afirmación disfrazada normalmente de queja que sobre todo escucho en este bendito país y menos cuando se traslada la conversación a otros países, siempre pienso en determinados músicos para los cuáles la música sólo es una más de sus ocupaciones y por supuesto de fuentes de ingresos. Y con esto en mente me gustaría hablar hoy del señor Jacob Bannon, cantante de Converge, una banda creada hace más de 20 años y al que podríamos considerar un hombre del Renacimiento en relación a la cantidad de actividades que realiza y campos en los que se desenvuelve: cantante de un grupo exitoso y que se ha pateado el globo como Converge; dueño de una discográfica seminal, reconocida internacionalmente en el mundo del hardcore y el punk como Deathwish Inc; artista gráfico con un impresionante bagaje a sus espaldas; colaborador en otros proyectos musicales; practicante de artes marciales, y un largo etcétera.
Para conocer mejor a Jacob Bannon lo mejor es visitar su web, donde además de leer sobre él podemos adquirir arte, en la mayoría de los casos en ediciones limitadas que luego alcanzan precios desorbitados entre sus muchos fans. Pero sobre todo me ha encantado este corto documental, creado por McFarland and Pecci, donde podemos conocer de cerca a Jacob y la verdad que resulta tremendamente inspirador, sobre todo porque no estamos hablando del típico artista que se cree por encima del bien y del mal, sino de una persona normal y corriente que trabaja duro en su día a día para continuar adelante.
En mi caso conozco a Bannon por supuesto a través de Converge, una banda que disfruto escuchando en casa pero sobre todo he disfrutado cuando he podido ver en directo, y afortunadamente han sido unas cuantas veces ya. Para cualquiera no demasiado introducido en este tipo de música Converge resultarán demasiado extremos, pero son una de las bandas más impactantes sobre las tablas y Bannon, un tipo afable y tranquilo fuera del escenario (que podría parecer el novio perfecto para cualquier chica de no ser por la cantidad de tatuajes que adornan su cuerpo y sobre todo esos tatuajes en el cuello) se transforma cuando lidera la carga de la brigada Convergera. Y no es un artista cualquiera: sus fans se tatúan las portadas de sus álbumes, remueven los cubos de basura del cantante en busca de letras deshechadas, agotan las ediciones limitadas de todos sus lanzamientos y con semejante base de fans, Bannon continúa desarrollando su faceta artística: portadas de discos de su discográfica o de otras, diseños de camisetas, exposiciones en galerías, venta de sus obras de arte online para todo el mundo…
Precisamente llevo algún tiempo pensando en comprar alguna de esas obras de arte para decorar mi casa, y aunque desgraciadamente mi favorita «Jane Doe» (la portada del célebre disco de Converge de ese título) parece que nunca volverá a estar disponible y su valor en el mercado de segunda mano es elevadísimo, algún día conseguiré mirar de cerca ese arte tan particular de este hombre. Mientras tanto mis CDs y mi camiseta de Converge me llenan de orgullo y me permiten pensar que hay artistas que trabajan duro en todas las facetas artísticas y no artísticas, incluida la de hombre de negocios.
Recordad, si alguna vez Converge tocan cerca de vuestra casa no dejéis de acercaros al concierto a ver a esta banda, merece mucha la pena.
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