Pues voy a seguir hablando de la venta de música y de la famosa caída de las ventas de música grabada, aunque entretanto han salido también datos de la música en directo que ahondan más en la situación de crisis que vive la industria musical y cultural de este país. Y lo voy a hacer con sólo una reflexión más al respecto: en este país siempre se ha comprado muy poca música, música de la de verdad. Es lo que yo llamo que ya no compramos el CD de grandes éxitos por Navidad. Las cifras de finales de los 90 y principios de milenio están infladas fundamentalmente por 2 razones:
– Desde la popularización del CD (pongamos que principios de los 90), gran parte de la música que se vendió en CD no era sino convertir en digital música que mucha gente ya poseíamos en los anteriores formatos, vinilo y cassette. Supongo que resulta imposible realizar un cálculo en este sentido, pero ¿cuántos no hemos comprado en CD un álbum que ya teníamos ya en alguno de los formatos anteriores? Muchísimos… el 20 o el 30% del mercado era volver a vender lo que ya se había vendido durante las 2 décadas anteriores. Y lo mismo ocurrió con el DVD, ¿cuántas veces no hemos comprado un DVD del cuál tuvimos el VHS en su momento? Y lo mejor es que la industria del cine todavía intentó repetir la jugada con ese formato que ha casi nadie le ha interesado que es el blu-ray y que yo siempre digo que murió incluso antes de nacer.
Y como vemos, es el modelo que sigue utilizando la industria hoy en día, con todas las re-ediciones más o menos deluxe, la re-edición en vinilo, normalmente de alto gramaje de todos esos álbumes que no llegaron a salir en vinilo en los 90s y los 2000s… en fin, al final lo único que se consigue es que los pocos que compramos nos cansemos de pagar 2, 3 ó 4 veces por la misma cosa.
– En España, el público en general nunca compró música, y lo digo por experiencia. Yo era visitante frecuente a mediados de los 90s y a partir del 2000 todavía más, de muchas tiendas del centro de Madrid. Y he pasado muchísimas horas en los Madrid Rock, sobre todo en el de Gran Vía, que fue la última en cerrar. Y a Madrid Rock ya a mediados de los 90 iba muy poca gente a comprar música; se compraba música una vez al año, que era en Navidad. Y de esa famosa industria de venta de formatos físicos de los 80s y los 90s, gran parte de ella era como los juguetes, se concentraba en Navidades, que era cuando el tío, la tía o la abuela se turnaban para regalar el perfume, la corbata y el elepé o más tarde el CD. Sólo hay que echar un vistazo por ejemplo a esta lista de ventas del año 90 para ver que la primera y la última semana del año, donde se concentraban las ventas, está llena de recopilatorios, grandes éxitos, etc… es decir, los discos que siempre ha comprado la gente que no compra música, el producto de usar y tirar; aquellos CDs y LPs que siempre han poblado las cubetas de los saldos o de las tiendas de segunda mano…
Y por supuesto sin entrar demasiado en el tema de precios, porque claro, recordemos, en aquella época la industria pasó de cobrar algo más de 1000 pesetas o como mucho 1500 por un elepé, a un precio de 2000-2500 por un CD, cuando gran parte de los gastos continuaban siendo los mismos e incluso algunos críticos (espacio en tienda, logística) deberían haber propiciado un coste menor por parte del CD.
En fin, que al final, una industria que no se preocupaba por el consumidor, ni, no nos engañemos, por la cultura; sino por el formato, el número de copias, etc. de pronto ve que el medio físico, por los avances tecnológicos deja de ser clave, ¿y con qué se queda? Con lo que tienen ahora, NADA.