Hoy es un buen día para recordar a Paula Abdul, un nombre que hoy en día sólo es reconocible para aquellos seguidores de American Idol, X Factor y programas similares para “descubrir talentos” al otro lado del Atlántico. Pero aquellos con un poco más de edad y de memoria la recordaremos siempre como una de las grandes artistas de finales de los 80s y principios de los 90s, aunque su reinado en el mundo de las listas de éxitos durara apenas un par de álbumes.
Paula comenzó su carrera artística como bailarina de los Angeles Lakers, una Laker Girl, que siempre ha sido un buen lugar para desarrollar una buena carrera profesional en el mundo artístico, gracias a todos los artistas que desde los 80s se dejan ver por el Staples Center y antiguamente por el irónico The Forum. Paula comenzó un año como bailarina y al siguiente año ya era la encargada de la coreografía, lo cuál le valió para que los Jacksons, es decir Michael y sus hermanos, pensaran en ella para dirigir la coreografía de su video “Torture” y les acompañara en la gira siguiente de su exitoso disco “Victory”.
Tras ganar fama como coreógrafo en la industria del videoclip (pensemos que se trataba de la época de los presupuestos millonarios para videoclips y que la MTV se dedicaba a… oops, pasar videoclips), fue en el año 88 cuando Paula grabó su primer disco, “Forever Your Girl”, que tardó más de un año, pero acabó llegando al número 1 de la lista del Billboard, aupado por sus exitosos singles “Cold Hearted”, “Straight Up” o “Forever Your Girl”. El secreto de Paula residía tanto en un buen puñado de canciones como sobre todo en los videoclips, donde las coreografías eran parte fundamental de los mismow.
Su álbum de remixes posterior gozó de gran éxito, preparando a Paula para su siguiente éxito, su segundo larga duración “Spellbound”. Este era un álbum algo diferente, pues aunque partía de las mismas bases musicales, pop, dance, algo de R&B y de funk, sus mayores éxitos y singles eran baladas; aún así el gran público lo compró y consiguió de nuevo auparse al número 1 del Billboard.
En 1995 Paula publicaba su tercer y último álbum hasta la fecha (cuarto si contamos el de remixes, hay varios recopilatorios más, como suele ser habitual), y bien, podemos hablar del típico caso de que su tiempo ya había pasado. A partir de ese momento Paula desapareció de la primera línea de la industrial musical aunque siguió trabajando en su especialidad, coreografías, en la industria cinematográfica, etc.
Y bien, hoy en día Paula es la típica celebrity que ha sabido reconducir su carrera hacia un área muy concreta de la industria que ha crecido mucho en los últimos años, como son los concursos de descubrimiento de talento. Sólo recuerdo estar en US hace unos años cuando anunció que se retiraba de ser jurado y fue una auténtica conmoción… ¿cómo podía seguir “American Idol” sin ella? Al final consiguieron convencerla hasta que en la novena edición las negociaciones no llegaron a buen puerto y desde entonces Paula ha estado participando como juez en otros cuantos programas de talentos tanto en USA como en UK y últimamente en Australia. Allí, la carismática Paula siempre ha demostrado que sabe cómo ayudar a los concursantes, mostrarse compasiva con ellos, y sobre todo dar mucho que hablar, pues a veces no ha aparecido en las mejores condiciones de claridad mental.
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