Hoy empiezo poniendo el video de lo que quiero comentar y luego continuo.
Lo primero disculpas por la calidad de imagen, pero no son imágenes tan fáciles de conseguir, en YouTube están retiradas, gracias a que existen DailyMotion y otros sitios podemos disponer de este documento.
Pues bien, esta es una actuación de un grupo de finales de los 80s y principios de los 90s llamados The KLF, junto con otros angelitos como son Extreme Noise Terror, banda de grindcore/crust-punk que todavía sigue existiendo hoy en día. Esta performance, en el marco de la entrega de los premios de la industria británica, los BRIT Awards, ya ha pasado a la historia como una de las más comentadas de estos o de cualquier otros premios.
Veamos primero quiénes eran KLF, 2 tipos de la industria que deciden montar una banda, a la que en principio llaman The Justified Ancients of Mu Mu y luego cambian al nombre por el que han pasado a la historia, y que en hasta 1990 se dedican a mezclar varios estilos de música, mayormente el dance y el acid house tan de moda en aquella época, produciendo álbumes y singles con relativo éxito comercial. Sin embargo, es en ese año y en el siguiente cuando el duo comienza a cosechar mayores éxitos, tanto en la Europa continental como en su tierra natal, el Reino Unido, con temas como «What Time Is Love?», «3 A.M. Eternal» o «Last Train To Transcentral». Todos estos singles están contenidos en su LP de 1991 «The White Room», el más completo y recomendable de su carrera.
Y bien, con KLF habiendo sido uno de los artistas preferidos del público durante ese año, son invitados a interpretar un tema en los ya mencionados BRIT Awards, y siendo ya unos polemistas consumados, deciden invitar a tocar con ellos a Extreme Noise Terror, y ocurre lo que ya hemos visto, pero quizás también alguna cosa que no se ve del todo bien en la retransmisión y por supuesto no en el video, grabado de la tele, disponible hoy en día de la actuación. Así, hacia el final de la retransmisión, Bill Drummond, la mitad del duo que aparece con muletas durante la actuación, saca un arma automática y comienza a disparar balas de fogueo a la ya de por sí perpleja audiencia que no entiende nada de semejante cafrada, esto fue muy criticado posteriormente por la bienpensante prensa británica. Además, y eso no se escucha demasiado en este video, un colaborador de la banda anuncia «The KLF have left the music business»… y dicho y hecho, poco más se ha sabido de ellos desde entonces aunque en la Wikipedia, en una entrada que tiene toda la pinta de contar con la colaboración de los interesados por lo detallado de la misma, sí habla de proyectos musicales posteriores. Lo que sí desde luego cumplieron fue su deseo de hacer desaparecer toda su música en UK y desde entonces sólo es posible conseguirla a través de ediciones de fuera de las islas (no es que tampoco haya mucha demanda en 2013 de KLF, la verdad).
Por último, yo me quedo con dos detalles de la actuación: el primero, que el grupo tenía pensado lanzar sangre de oveja sobre el público asistente, cosa que les prohibieron en primer lugar los abogados de la BBC, pero sobre todo (momento Spinal Tap total) sus propios compañeros de escenario, ya que Extreme Noise Terror eran un grupo con fuerte concienciación del maltrato animal e incluso tenían entre sus temas estrellas «Murder», un himno para vegetarianos y veganos. En segundo lugar, está el tema de los invitados a la ceremonia, a los cuáles se les ve aplaudiendo cortésmente al final después de haber presenciado semejante espectáculo con la ráfaga final… ya me imagino a los Elton John o Pet Shop Boys de turno pensando qué narices era eso. De todas formas, por lo visto se sabía que KLF estaban tramando algo gordo para esa ceremonia siendo como eran unos provocadores natos, y mucha gente en sus casas quedaron un poco decepcionados por el espectáculo puesto que todavía en la sala sí que se escuchó y se vio mejor, pero vía televisión tampoco consiguieron despertar demasiada polémica.
En fin, recordemos este «Last Train to Transcentral», que junto a los éxitos antes nombrados sonaron con bastante asiduidad en las discotecas españolas en aquellos años: