La semana pasada estuve leyendo en Industria Musical, una web que se ha convertido de unas semanas a esta parte en una de mis referencias obligadas de lectura, que la industria musical, tan de capa caída en España, continúa disfrutando de un excelente estado de salud en Japón. Otro día daré mi visión sobre Japón, país que visité en 2010 y sobre el que tengo que poner algunas ideas en orden, pero pensé «un momento, hay lugares con mejor salud todavía, y es en San Francisco»
Estuve en 2004 en Nueva York y me puse morado de comprar música en formato físico, y eso que ya existía el fenómeno de las descargas de música desde hacía bastante tiempo. En aquella ocasión lo que más me llamaba la atención era que muchos neoyorquinos llevaban sus aparatos de música con cascos blancos, que eran el símbolo de aquel cacharro de gran capacidad llamado iPod que hacía relativamente poco había sacado Apple al mercado a un precio cuasi prohibitivo… pero mira por donde lo del precio prohibitivo parecía ser lo de menos en la meca de la modernidad, y aquel invento estaba ya cambiando los hábitos de consumo de música.
Nos vamos a 2009 y viajo de nuevo a USA, en este caso viaje largo y a ambas costas. La mayoría de las tiendas que visité en NYC 5 años antes ya no están, particularmente las grandes cadenas como Tower Records o Virgin Megastore. Algunas de las otras tiendas tampoco aparecen ya, aunque sí las más especializadas y de nicho, como por ejemplo Generation Records, sin duda mi favorita en Manhattan, focalizada en hardcore y punk.
La situación sin embargo, es muy diferente en la otra costa, particularmente en la Bay Area, es decir, San Francisco y alrededores. Allí siguen existiendo bastantes tiendas de música porque la gente, con el mayor cluster de gigantescas empresas tecnológicas del mundo a su alrededor, todavía le encuentra placer a irse un sábado por la mañana a la maravillosa Amoeba Music (¿la mejor tienda de discos del mundo?), o a cualquiera de las enormes tiendas que tiene en la zona Rasputín, o a pequeñas boutiques como Aquarius Records o Thrillhouse Records, a comprar las últimas novedades en CD o en vinilo, o repasar cubetas de CDs de segunda mano. En definitiva, un lugar que por ejemplo vive el Record Store Day con devoción y donde éste cobra todo su sentido.
A veces pienso que es una lástima que Madrid Rock tuviera un lugar tan comercialmente apetitoso en plena Gran Vía, porque con un poco de suerte y visión podría haber sobrevivido en otro sitio céntrico, pero luego abro los ojos y pienso «si aquí éramos cuatro los que compramos música».
Y al final y volviendo al título de la entrada, desde mi punto de vista ¿por qué sigue habiendo tiendas de música en San Francisco?
1.- Se trata de una ciudad muy progresista en la que las artes tienen un lugar muy destacado y donde la oferta cultural, no sólo musical, es enorme. Es decir, existe un ecosistema que favorece el intercambio cultural, de ideas, etc… porque lo mismo que hablo de música podemos hablar de librerías, teatros, cines más o menos alternativos, salas de conciertos, y un largo etcétera.
2.- La gente entiende de música y disfruta de la música, y por supuesto habrá mucha más gente consumiendo música digital que analógica, y seguro que hay ahora menos tiendas que hace 10 años, pero mientras la gente aprecie la música, puede seguir habiendo tiendas. Algunas son muy de nicho, por supuesto, pero cuando hay un mercado se trata simplemente de encontrar tu hueco en él.
3.- Las tiendas en la mayoría de los casos no son sólo tiendas de música, particularmente las más grandes; son lugares de reunión de aficionados, hay venta de entradas de conciertos, hay actuaciones en vivo, hay camisetas, hay ediciones de coleccionista, en fin… siempre hay algo para cada grupo de fans.
4.-Tienen presencia online fuerte que les permite, con casi los mismos recursos que ya disponen, vender al resto de US y del mundo, basados en la fuerza de su marca en la Bahía. Es más, son lugar de peregrinaje obligado para todos aquellos enamorados de la música que visitamos esa zona.
5.- Finalmente, y muy importante, hay dinero. Es decir, hablamos de una zona bendecida por esas enormes compañías tecnológicas que dan para comer y muy bien a todos sus empleados y no sólo a ellos, sino a todas las empresas de capital riesgo, consultoras, auditoras, despachos de abogados, tecnológicas más pequeñas, muchas otras empresas de servicios, restaurantes grandes y pequeños, etc… es decir, hay dinero fluyendo, y mucho, y eso es siempre importante, para que la gente pueda gastarlo. Y no nos extrañemos, son en muchos casos esos mismos apasionados de la tecnología los que van a buscar a las tiendas el 7» de su grupo favorito.
Otro día, con las ideas claras, vuelvo para dar mi opinión sobre Japón y otro, con más tiempo, sobre Portland, Oregón, un San Francisco en pequeño, mientras tanto deleitémonos con el Record Store Day de 2013 en Amoeba Music de Haight-Ashbury.
Hola!
Acabo de leer tu artículo y me ha parecido de los más interesantes que he leído este año sobre el mercado musical y cultural de USA. Enhorabuena!
Por mi parte me alegra saber que http://www.industriamusical.es se ha convertido en lectura frecuente 😀
un saludo!
Gracias Carles por tu comentario, y sobre todo que te haya resultado interesante. Y sí, sigo con absoluta regularidad de un tiempo a esta parte Industria Musical, extraordinario contenido.
Nos seguimos leyendo.
Un saludo
Pingback: Espectacular descenso de la música grabada en Japón - El Futuro Perfecto
Excelente, por este comentario sobre las tiendas de discos en San Francisco me anima más para realizar un viaje a esta ciudad, muchas gracias y saludos .
Me alegro Antonio que te anime porque es uno de esos pocos sitios que quedan donde se puede disfrutar del placer de comprar música en formato físico.