Taylor Swift contra Spotify

 

Taylor Swift_1989

 

 

Parece que cada cierto tiempo, alguna de las estrellas de la música popular actual toma la decisión de retirar toda su música, tanto temas nuevos como antiguos, del catálogo de Spotify y demás compañías de streaming. En este caso ha sido Taylor Swift quién ha tomado esta decisión de forma conjunta con su sello discográfico, aprovechando la salida al mercado de su nuevo álbum, “1989” Esto ha causado cierta polémica entre los artistas, que continúan quejándose de lo poco que les paga Spotify a ellos, y también entre usuarios del servicio sueco de streaming, que quieren escuchar estos álbumes como parte de su pago mensual. Así pues, si hace unos meses era Thom Yorke el que se levantaba en armas, ahora podemos hablar del caso Taylor Swift contra Spotify como si de un juicio se tratara, con defensores y detractores de cada una de las partes.

Veamos la parte de la historia por parte del dueño del sello discográfico de Taylor Swift en primer lugar, en una entrevista concedida a Nikki Sixx en su programa de radio, y ahora rebatamos al señor Scott Borchetta sus argumentos:

1.- “No queremos avergonzar a los fans… Si un fan fuera y comprara el disco, el CD o la descarga de iTunes, lo que sea, y sus amigos dicen “¿por qué has pagado por ello si es gratis en Spotify?” estaríamos siendo irrespetuosos con el superfan”.

A ver, buen hombre, tengamos varias cosas claras:
– no es comparable la escucha gratuita en Spotify con la escucha del CD: tanto por la calidad del audio, como por los anuncios que el usuario gratuito le toca escuchar en Spotify, simplemente no es lo mismo; y si es lo mismo, entonces es que usted no está dando ningún valor añadido a su música. Hay que tener en cuenta además que Spotify ni siquiera permite el streaming de un álbum como este en el móvil de forma gratuita, sólo en el ordenador de sobremesa o tableta, supongo que con como mínimo un anuncio entre cada canción.
– básicamente el superfan del que habla Brochetta es alguien que siente una relación más cercana con el artista, y para el cuál escuchar su música es una experiencia diferente al hacerlo en Spotify que el hacerlo en CD, con su libreto, el DVD que trae la edición deluxe, etc… por no hablar del vinilo, en cuyo caso se trata de un tipo diferente de público y de experiencia. Porque para este señor parece que escucharlo en un buen equipo de alta fidelidad, dejando caer la aguja, darle la vuelta al disco, disfrutar de la carpeta, etc es lo mismo que darle al play y escuchar por los altavoces del ordenador. La diferencia entre ese superfan es que además comprará las entradas para el concierto, mientras que para sus amigos, para los cuáles Swift es una artista más, estarán contentos de realizar una escucha casual.

 

 

2.- La crítica hacia el modelo de Spotify de ponerlo a disposición de todos sus usuarios, tanto premium como gratuitos, y la pérdida de control por parte del artista.

En este caso el problema está en que el señor no entiende que los oyentes de Spotify son incrementales; es decir, el que vaya a comprar el álbum lo va a comprar aunque esté en Spotify. Y el que quiera escucharlo sin pagar nada, lo va a hacer de igual manera, pero en otro canal por el que la señorita Swift y el señor Borchetta no van a recibir un céntimo de dólar. ¿Hay alguien que no queriendo pagar por el soporte físico diga “vaya, no tengo forma de escuchar ese preciado álbum, me toca pagar 15$ por un CD, cuando hace tiempo que he dejado de comprar CDs”? Me temo que no conoce los hábitos ni de escucha ni de compra de sus supuestos fans.

Por otro lado, es curiosa la decisión de la compañía de Swift de retirar también los discos anteriores de la artista, medida sin duda para tratar de presionar a Spotify. Recordemos que Spotify es la cabeza visible, pero Rdio, Beats o Pandora siguen parámetros similares. El haberlos retirado simplemente significa un elemento de presión adicional sobre Spotify, aunque lo que yo no entiendo es porqué a algunos servicios se les retira y a otros no, e incluso muchas canciones continúan en YouTube. Otro día hablaré en más profundidad del famoso windowing o ventanas de explotación, la apuesta actual de la industria de contenidos, y abocada al fracaso como veremos.

En cualquier caso, es importante saber que el sello discográfico de este señor está en venta al mejor postor y se habla de unos $200M; y que por supuesto el número de copias físicas vendidas (el corto plazo) es mucho más importante para la valoración de la empresa que las enormes posibilidades del streaming (largo plazo); y al final todo esto hay que entenderlo como lo que es, una campaña de marketing para que la señorita Swift siga en el Billboard por algo más de tiempo; y que este señor pueda vender su compañía por unos cuantos millones de dólares más.

Por cierto, un pequeño inciso musical: nunca he sido fan de Taylor Swift, y tampoco pensaba que era alguien tan importante en el panorama musical, pero ¿soy el único al que le parece que temas como el del primer video de esta entrada, de su ya famoso «1989» es música chicle de usar y tirar, que nada tiene que ver con el country-pop de sus comienzos como esta «Our Song»?

 

Sobre JR

Javier Roa ha escrito 137 entradas en este blog.

3 comentarios

Los comentarios están cerrados