Black Sabbath Time

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El British Summer Time es un festival londinense que en su segunda edición tuve la suerte de visitar el fin de semana pasado en una escapada express a la capital británica. Así pues las iniciales del festival se convertían por un día en Black Sabbath Time.

Es este un festival ecléctico y puramente comercial que este año verá desfilar por el Hyde Park londinense a artistas como Arcade Fire, Tom Jones o Neil Young de la misma forma que el año pasado lo hicieron Bon Jovi o los Rolling Stones. Así pues, uno de los días se monta alrededor del hard rock y punto, de hecho este concierto de Black Sabbath se anunció apenas hace un par de meses. En ese sentido me recordaba a un Rock in Rio, es decir, patrocinadores potentes detrás (en este caso Barclaycard como principal) y a contratar. Y la verdad es que esa sensación de festival para las masas se ha notado desde el principio: web con poca información, compra de entradas con dos meses de anticipación y que aparecieron en casa de mi amigo una semana antes, los horarios sólo disponibles en la app sin que casi nadie se enterara de ello… en fin, lo que se conoce como un festival grande sin ningún sustento detrás más que el dinero de sus patrocinadores y cuyo lugar será ocupado por otro y nadie echará de menos.

Por temas logísticos mi festival se reducía a Black Sabbath, Soundgarden y Faith No More, a los cuáles no quería perderme bajo ningún concepto y que comenzaron su actuación justo cuando entraba en un recinto absolutamente lleno de gente (52.000 asistentes se comentó), aunque con truco: la organización “casualmente” tuvo un desliz y lo que en un principio era una súper-oferta sólo para empleados de las empresas patrocinadoras se filtró y miles de entradas fueron vendidas a 2,5£, en una especie de equivalente a abrir las puertas a todos los interesados que se encontraban en Londres, que no eran tantos porque el pasado fin de semana también tenía lugar el Sonisphere británico con Iron Maiden y Metallica de cabezas de cartel.

Así pues Patton y los suyos ofrecieron un concierto que yo no calificaría de excelente pero sí muy bueno, sin notarse para nada la inactividad en el directo de la banda, y en el que junto a los clásicos “From Out Of Nowhere”, “Caffeine” o “Midlife Crisis” nos deleitaron con dos temas nuevos, uno llamado “Motherfucker”, y otro, más interesante a la primera escucha, titulado “Superhero” o “Leader of Men”.

Soundgarden eran los siguientes y yo, que había evitado mirar sus cuentas en redes sociales o sus setlists anteriores, no pude por menos que esbozar una sonrisa cuando Chris Cornell anunció que tocarían por tercera y muy posiblemente última vez el “Superunknown” en su totalidad, gran noticia para mí que soy un absoluto supporter de este tipo de eventos, por si no quedó claro en mi anterior post. Además de eso, tuvieron a Mike McReady de Pearl Jam con ellos en un tema y yo particularmente disfruté mucho celebrando el vigésimo aniversario de este disco, junto con “Badmotorfinger” las obras cumbre de este grupo desde mi punto de vista.

La verdad es que pese a ser un festival tan comercial, sí que hubo muy buen ambiente durante todo el tiempo, ayudados por el buen tiempo tan poco habitual en Londres (tan sólo llovió, y de forma muy suave, durante la última media hora de los cabezas de cartel) y porque el concierto suponía una vez más el retorno de una institución británica como Black Sabbath, aunque Ozzy lleve 30 años viviendo en USA. Desde el momento en que Ozzy comenzó con ese “Generals gathered in their masses, just like witches at black masses” de “War Pigs” hasta que finalizó, por supuesto con “Paranoid”, aquella fue una fiesta continua, quizás por con Black Sabbath nunca sabes cuándo es la última vez que les vas a ver en directo. Con una Ozzy en sorprendentemente buena forma vocal, lo de Geezer y Tony es sencillamente de otro mundo, y durante algo más de hora y media se dedicaron a desgranar sus grandes éxitos, los que todos vamos a escuchar, al tiempo que son capaces de introducir temas de su último disco sin bajar para nada el nivel.

Tras la tempestad llegó la calma, y en este caso degustación de una espectacular cena en un cercano restaurante libanés mientras Brasil se deshacía de Colombia en el Mundial. Posteriormente, camino a Camden para visitar una vez más el Electric Ballroom, sólo que esta vez la experiencia resultó totalmente decepcionante: pese a tratarse de Inferno, la noche del mes dedicada a la música Gótico, EBM e Industrial, y cuando uno esperaba llenazo, nada de nada. Una sala medio vacía con un pésimo DJ que en la escasa hora que estuvimos allí apenas salió de Ministry/Marilyn Manson/Rob Zombie/Rammstein, la parte de arriba donde pinchan hard rock ochentero cerrada… en fin, mi gozo en un pozo y para casa relativamente pronto que al día siguiente había que coger el avión de vuelta.

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Javier Roa ha escrito 137 entradas en este blog.

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