Terence Trent D’Arby fue muy grande

1987: un desconocido tío de color empieza a aparecer por los canales típicos de promoción de la época, fundamentalmente radio y televisión musical, atiende al nombre de Terence Trent D’Arby y su disco de debut, «Introducing the Hardline According to Terence Trent D’Arby» se convierte en una referencia a partir de entonces. ¿Qué es lo que se esconde detrás de ese disco? Pues lo de siempre cuando se trata de un clásico de este calibre: una música para todos los públicos mezcla de muchas influencias, en este caso principalmente de música negra como rhythm & blues, toques soul y funk, aderezado con un poco de pop; una cara visible y reconocible merced a sus entonces características trenzas y su carisma personal; además de una voz particular que recordaba a épocas pasadas, y por supuesto todo el marketing de una compañía como Sony detrás.

Pero todo esto no sería suficiente si no tuviera lo que yo siempre digo que es lo más importante: temazos. Y aquí caen uno tras otro: desde la inicial «If You All Get to Heaven» al poderosísimo primer single «If You Let Me Stay», uno tras otro todos los temas tienen ese algo que les diferencia y que les hace instantáneamente reconocibles con por supuesto el común denominador del sello personal de TTD en ellos. «Wishing Well» llegó al número 1 de singles en su USA natal, si bien su éxito se fundamentó más en el Viejo Continente, especialmente UK, donde «Introducing…» llegó al número 1 de ventas, al igual que en varios otros países europeos. En España recuerdo que en aquella época este disco situaba, al menos entre los que lo conocían, a Terencio como el tercero en discordia en un triunvirato con Michael Jackson y Prince.

Su siguiente álbum, «Neither Fish Nor Flesh» también contenía buenos temas pero no consiguió alcanzar ni una parte de la relevancia de este fabuloso primer disco, como tampoco lo harían los dos siguientes. A partir de ahí, y dado que el amigo Terence siempre había sido un tipo algo peculiar (llegó a afirmar que su primer disco era el álbum más importante desde el Sgt. Pepper’s de los Beatles), cambió su nombre y empezó a gestionar su carrera de manera independiente.

Hoy en día Sananda Maitreya es un personaje absolutamente irrelevante, perdido en su mundo (recuerdo leer en Popular1 una reseña de un desastroso concierto suyo en Barcelona hace algunos años) aunque feliz con su vida y su familia, pero si un día decidiese volver como Terence Trent D’Arby y deleitarnos con una gira de su material más antiguo, especialmente este primer álbum, sería como maná caído del cielo para unos cuantos que todavía recordamos con devoción este primer álbum.

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