El post de hoy está escrito por Magenta en un ejercicio de bloguera invitada
Un grupo, cuatro integrantes, un alma. En 1986 cuatro compañeros de colegio de Blackwood, Gales, deciden formar un grupo. Uno de ellos abandona en el 88, y se quedan los que hoy conocemos: James Dean Bradfield a la voz y guitarra, Nicky Wire al bajo, Sean Moore a la batería. Pero les faltaba algo. Pronto se fijaron en su chófer, un extraño y trastornado jovencito, recién licenciado en historia política, que había sugerido algunas letras y ciertos diseños para sus carteles promocionales. Este jovencito era Richey James Edwards. Apenas tenía talento musical, pero le pusieron a tocar la guitarra rítmica (o más bien a hacer que la tocaba en los conciertos), y se convirtió en el frontman del grupo, decidiendo la dirección que su música debía tomar, el estilo que debían lucir, el discurso general antes el público, y por supuesto, las letras de todas sus canciones. Teóricamente las escribía junto con Nicky Wire (una versión descafeinada de Richey), pero si comparamos las letras de los primeros discos con las de los siguientes, no es difícil saber quién llevaba el peso principal.
Richey dotó al grupo de una imagen transgresora, controvertida, con tremenda carga política, andrógina, glam, feminista y todo sea dicho, un pelín terrorista. Llevaban camisetas con el logo «All Rock and Roll is Homosexual», cuando no estaba excesivamente bien visto hacer semejantes afirmaciones. Llevaban uniformes militares, y colaban la hoz y el martillo en lugares bien visibles de su iconografía. En el 91, al ser cuestionado sobre su autenticidad por Steve Lamacq, redactor de NME, Richey se escribió con una cuchilla las palabras «4 Real» en el brazo, por lo que necesitó hospitalización y 18 puntos.
La verdad es que este acto cuadraba perfectamente con su personalidad. Sufría tremendos episodios depresivos, se negaba a enamorarse (decía que no hubiera sido honesto), leía a Sylvia Plath, Rimbaud y Dostoyevski, y hablaba abiertamente sobre sus conductas autolesivas (se apagaba cigarrillos en los brazos y se producía profundos cortes en el cuerpo). Era tan abierto sobre el tema, que incluso recibía juegos de cuchillos de sus fans. Era alcohólico y adicto a las drogas, pasando largas temporadas en rehabilitación. Era cuestión de tiempo que toda esta bomba de relojería estallara, y después de unos meses en las últimas, negándose incluso a comer, ingresó en un psiquiátrico. Al ser dado de alta, se fue de gira por última vez, junto con Suede y Therapy?. Su penúltimo concierto, en Diciembre del 94 en Londres, es legendario – el grupo acabó el show destrozando su equipo y el sistema de iluminación de la sala, incitados por Richey.
En Enero del 95, el mismo día en que debía viajar con Bradfield a Estados Unidos para un tour promocional, desapareció. Tenía 27 años, la misma edad en la que murieron otras almas trastornadas como Kurt Cobain, Jimi Hendrix o Jim Morrison. Había expresado abiertamente que no quería irse de viaje, y había sacado unas 2000 libras en efectivo de su cuenta. Fue visto en distintos lugares de su infancia en las semanas siguientes. En Febrero la policía encontró su coche abandonado cerca del Severn Bridge, un puente que tiene fama por ser el sitio de elección para muchos suicidas. Sin embargo, no se encontró ningún cuerpo, y la gente que le conocía negó rotundamente que pudiera ser una posibilidad. Desde entonces, ha habido varios supuestos avistamientos en distintos lugares del mundo, y sus propios compañeros dicen que no creen que haya muerto. Además, existe una leyenda que dice que una cuarta parte de las ganancias de los Manics van a parar a una cuenta secreta…. En 2008 fue declarado presuntamente muerto, pero sin ninguna evidencia de que así sea.
Mientras fueron cuatro, publicaron dos discos excelentes – Generation Terrorists y Gold Against the Soul. Richey también fue responsable de un tercero bastante potable: The Holy Bible, aunque se nota que aquí ya estaba en plena espiral de autodestrucción (poco después ingresaría en el psiquiátrico). Había ideado un cuarto disco, que según dijo, iba a ser un cruce entre Pantera y Nine Inch Nails, con toques de Screamadelica. Antes de empezarlo, desapareció, y en su lugar los Manics publicaron Everything Must Go, que les supuso el primer éxito comercial. A partir de ahí, han sido bastante prolíficos en su obra y con bastante éxito comercial y de crítica… aunque perdieron el toque que les hacía ser un grupo de culto, para convertirse en otro grupo más del mainstream. Hay algunos temas bastante dignos, como If you tolerate this your children will be next, The Everlasting, Let Robeson Sing o Autumn Song, pero ninguno está a la altura de ninguno de los 18 temas del Generation Terrorists. Por Dios, comparadme Motorcycle Emptiness con Your Love Alone is not Enough.
Os dejamos con uno de sus temas – y videos – más representativos.
Qué grande fuiste, Richie.
Muy bueno eso de acordarse de este pobre chaval. Yo llevé la foto que publicas en la carpeta de la universidad unos cuantos años. Nadie, lo entendió, pero es lo que tiene.
Muy bueno encontrar a alguien a quien le mole los Manics. Eso sí, The Holy Bible es, para mí lo mejor del grupo y FASTER la mejor canción. Es verdad que ya estaba en fase derribo, pero por eso mismo mejora el Gold… y el James dean se salí por aquella época, ¿qué tal el disco en solitario del cantante? No lo he oído.
Pingback: Hace 23 años... el Reading Festival del 92 - El Futuro Perfecto