Los festivales, esos eventos sociales por naturaleza

Este pasado fin de semana ha tenido lugar el Hellfest Open Air, uno de los festivales de metal, punk, hardcore y todo tipo de estilos relacionados, más populares de Europa. Llevaba acudiendo los 4 últimos años pero por diversas razones este año decidí dejarlo en paso. Y precisamente el no haber estado presente en las praderas de Clisson me ha servido para ver el festival desde la distancia y poder seguirlo a través de los medios sociales.

Veamos el despliegue social del Hellfest y sus números:

112.000 visitantes según la organización, distribuidos en los 3 días de duración del eventos, es decir, entre 35.000 y 40.000 diarios.

App del festival para iPhone y Android con descripciones de todos los artistas, horarios de todos los escenarios, servicio de alertas de cambios en el orden o en los horarios, y más servicios de valor añadido que cualquier visitante agradece.

105.000 likes en Facebook

12.600 seguidores en Twitter

2.000 seguidores en Instagram

866 suscriptores al Spotify del festival

Unos 20 conciertos retransmitidos en directo desde los diferentes escenarios por sus socios de ArteTV a través de su servicio de Live Web

Y es que desde mi punto de vista un festival de estas características es un evento eminentemente social: los que están allí quieren estar compartiendo con sus amigos sus fotos, sus videos, qué bandas están viendo o han visto, incluso donde encontrarse dentro del enorme recinto y un largo etcétera de usos más o menos sociales. Los que no hemos tenido la suerte de asistir queremos saber en tiempo real qué está pasando. Y para facilitar todo esto, la organización había incluso creado hashtags para cada uno de los diferentes escenarios, hasta seis, de los que dispone este enorme festival. Además, había dispuestos puntos de recarga de móviles (para 1000 aparatos) de modo que nadie se quedara sin batería para poder compartir y comentar sus momentos favoritos.

Sólo un pero desde mi punto de vista, aunque importante: mis cálculos de todos estos años acudiendo a este festival me hace pensar que alrededor de un 30% de los visitantes no son franceses, con los españoles, por la cercanía, siendo uno de los contingentes más numerosos. Pues bien, los últimos años eché de menos una red wi-fi en el festival, si bien no a lo mejor en todo el festival, por el elevado coste que imagino supone el despliegue, sí disponer de algunos hotspots estratégicamente distribuidos por el recinto. Todos los extranjeros, mientras no cambien las políticas de roaming de las telcos (¿pero no he leído ya muchas veces que Bruselas ha dicho que se acabe esto???, ¿cuándo va a ser una realidad?), nos vemos limitados por este hecho, y verdaderamente contribuiría a dotar de una mayor dimensión social al evento. Además, y como suele ser habitual en eventos tan masificados, tampoco las redes responden en todo momento. Así pues, tiene todo el sentido del mundo desarrollar capacidad extra para datos, aunque veremos qué ocurre primero, si el festival lo proporciona o cambian sus tarifas las telcos obligadas por Bruselas… ¿apuestas?

Sobre JR

Javier Roa ha escrito 137 entradas en este blog.

1 comentario

Los comentarios están cerrados